Qué bonitas son las más bonitas casualidades.
Mientras la taza de café echa humo pienso en el cosquilleo que siento (y no sólo en el estómago) y no puedo evitar sonreír.
Qué bonito es cuando eres capaz de verte a través de los ojos de alguien que te mira con amor.
Cambio de canal distraída, preguntándome cuándo te volveré a ver.
Qué bonita es una sonrisa sincera correspondida.
Me pregunto si debería escribirte, si tienes tantas ganas de saber de mi como yo de ti.
Que bonitos estos sentimientos que creí que jamás volverian a mi.