Eso

Ahhh la la magia de internet, la escoria que no quieres que te lea lo hace y el ser humano que deseas que lo haga para que sepa y entienda ni recuerda el nombre de tu blog.

Puto internet y putos blogs.

Me estoy haciendo mayor, o quizás ya lo sea.

Por un puñado de chuches.

Mitch es un yanki que conocí a través de la página de contactos que os comenté, por cosas del destino hemos quedado como amigos, pero debo admitir que es un poco «creepy».

Sí amigos, da miedo, pero miedo miedo. Algunas de las frases que hacen que me escame han sido «hablando con una chica puedo saber a qué edad fue violada» o la de «estoy deseando emborracharme y emborrachar chicas para tener sexo» Por algún tipo de motivo que desconozco, aunque debería huir cual gamo, no lo hago. Es más me compró chucherías americanas y fui a buscarlas a su casa y conocí a su perrita y me cocinó pollo y no me mató, ni me emborrachó o violó.

No tengo claro si me cae bien porque soy una inconsciente, porque es extranjero o por las chucherías que me regaló, pero creo que en el fondo dice esas cosas porque a)tiene un sentido del humor muy negro b)es yanky c)ha abusado del alcohol d)pretende ser transgresor e)todo lo anterior es cierto f)me hago pajas mentales.

Si desaparezco pueden ser dos cosas, que me haya quedado sin blog o que el señor de los piercings en los pezones de Arizona llamado Mitch me ha matado

Internet y ligoteo II

Llamadme superficial pero hay cosas con las que no puedo y una de ellas es con las faltas de ortografía que demuestran una ignorancia y dejadez más allá de lo admisible.

No busco a Calderón de la Barca, no necesito a Góngora pero si una persona escribe «hamabre» en vez de «amable» o «hallí» directamente no le doy una oportunidad. Sé que quizás soy dura, que a lo mejor es una excelente persona, que tal vez estoy perdiendo al amor de mi vida pero es que no puedo.

Internet ha hecho mucho mal.