Pues después de haber aprobado el teórico del coche por algún tipo de boomerang kármico (puesto que por conocimientos no me lo merecía) entré en un estado eufórico lleno de felicidad y buena onda.
Buena onda que ha ido desapareciendo a medida que en el curro me mataba a currar y mientras se me retorcía un cuerno interno, un cuerno que además crecía hasta llegar hoy a la estratosfera.
Estoy de mal humor, enfadada, cansada, hastiada, harta, muy harrrrrrrrrrrrrrrrrta, con todas las erres, con toda la negatividad. Si pudiera golpeaba algo hasta sacar toda esta extraña adrenalina negativa.
Por lo demás bien, gracias, próximamente postearé una cosilla que escribí hace tiempo y ahora me apetece compartir de manera ególatea con el mundo.
Un saludo del enanito gruñón que todos llevamos dentro.