Dice el sabio refranero español, que la verdad nos hará libres, pero yo creo que lo que de verdad nos hará libres es el amor. Empezando por el amor a uno mismo y continuando por el amor al prójimo. Demasiadas veces se nos olvida que somos más que una cabeza.
Mes: septiembre 2014
Time
«Time» es una película coreana de Kim Ki-Duk que vi el otro día (aunque es de 2006) sinceramente no sé cómo llegó a mi disco duro, pero ahí estaba así que la visioné. La cinta es un pajote mental, de estos que sólo pueden salir de una mente coreana. Resumiendo la historia va de una pareja, donde ella es una celosa patológica que decide operarse la cara para que su novio de dos años no se aburra de ella.
Aunque refunfuñé de la película hay algo que me gustó de ella y es que me hizo pensar. Vivimos en una época donde cambiamos de móvil cada dos años, el coche cada 5, donde nos operamos las tetas, nos quitamos costillas flotantes ¿de verdad es poco pobable que acabemos cambiando nuestra cara? Cuando el amor es enfermizo acabamos haciéndonos daño ¿hay mayor autolesión que cambiar tus rasgos faciales y dejar de ser tú? ¿Cuántas veces renunciamos a lo que somos (por dentro) por un sentido equivocado del amor?
El amor es eso que te hace crecer, conocer y descubrir, o al menos debería serlo.
Conceptos equivocados
Veo una serie, Chicago Fire, va de bomberos buenorros (aunque también servicios sanitarios) y la verdad es que me entretiene. Por cosas de la vida en ocasiones leo comentarios e impresiones sobre los capítulos. En uno que vi hace poco, a uno de los protagonistas lo acusan falsamente de intento de violación. Este artículo no viene porque me parezca poco apropiado que se hable de acusaciones falsas de violación (cosa que tiene tomate) sino que viene porque en uno de los comentarios (hecho por una chica, para más inri) se dice «él es muy guapo, no le hace falta violar a nadie»
¿En serio? ¿Esto es España? ¿Hoy en dia hay adolescentes que creen que los guapos no violan? ¿que las agresiones sexuales sólo tienen un componente físico? Debe ser que los violadores lo tienen tatuado en la frente y yo no me he enterado. Me indigna en general todo este tema porque perpetuamos ideas que no ayudan a nadie. Si a ti te agrede un buenorro ¿ha sido culpa tuya por enviar mensajes equivocados? Si te agreden volviendo a casa ¿la culpa es tuya por volver sola o llevar ropa inadecuada? La culpa es de las víctimas, cuando la realidad es que para que no haya violaciones no debería haber violadores.
Lo peor de todo es que mientras se escribía este artículo probablemente en alguna parte del mundo se estará produciendo una agresión.
Gorda
Es la décima octava vez que escribo este artículo, siempre, en algún punto lo borro. No me siento capacitada, me atasco y me da pereza seguir, supongo que es difícil escarbar en la mierda, por eso me he puesto «Unpretty» de TLC
Quiero escribir esto porque creo que puede ayudar a mucha gente y porque además supongo que me puede ayudar a mi, al fin y al cabo es hablar de mi historia.
Yo nací ochomesina, era pequeñaja, mi abuela tenía miedo de cogerme de lo escuchimizada que estaba y eso siguió así hasta los 5 años, edad en la que me operaron de vegetaciones y amígdalas y la niña pequeña y sin un gramo de grasa empezó a engordar. Supongo que para mi padre no fue fácil ver como si niña se convertía en lo que él había sido, una niña rechoncha. Sí, mi padre fue gordo y tenía mucha mierda que dar a base de complejos y traumas no superados. Recuerdo a mi padre diciéndole a mi madre que yo estaba gorda y ella respondiendo que esperase, que cuando diese el estirón perdería peso. Inolvidable es la candela que mi progenitor me daba para que practicase un deporte, terminé aborreciéndolos todos, porque todo era por obligación. Lo más difícil de pasar por alto fue cuando mi papi me dijo que si estaba gorda nadie me querría.
¿En qué derivó eso? Pues en mi en comer a escondidas, a comer cosas que no debía y a sentirme culpable después. Quiero que se entienda una cosa, mi padre intentaba a su manera ayudar, él no quería que yo pasase por lo que él había pasado, pero en vez de ayudar hizo más mal.
Durante mucho tiempo me negué a hacerme fotos, no me miraba en los espejos y procuraba que nadie me mirase. Eso se prolongó en el tiempo, es decir, fui una adolescente acomplejada, una joven acomplejada y soy una mujer acomplejada (aunque he mejorado en muchas cosas)
Tras la muerte de mi madre supongo que comenzó el descenso a los infiernos. Una vida sedentaria, una pareja estable con la que no tuve hábitos de vida saludables hicieron que mi peso no hiciera nada más que subir y subir hasta que llegué al fondo: era obesa y estaba muy cerca de la obesidad mórbida.
Quiero que quede claro que durante años y años (siendo una adolescente también) había tratado de hacer dieta sin éxito. Empezaba pero en nada lo dejaba, por supuesto que tomé pastillas adelgazantes, intenté no comer, pero nunca pude. Sin embargo, un día, algo cambió. Le pedí unas dietas a una compañera de facultad y perdí 10 kg, cuando recuperé 3 decidí volver a ponerme a dieta y perdí alrededor de 20 kg. Si miro atrás no sé como tuve la fuerza de voluntad, no sé qué cambió en mi. Me gustaría pensar que decidí quererme y dejar de castigarme, pero no es real.
Desde entonces he seguido perdiendo peso y aunque me sobran unos 6kg estoy muy cerca de estar sana, llevo una vida saludable y hago deporte habitualmente pero (jodidos peros) sigo siendo una acomplejada de mierda. Supongo que hubo un momento en el que culpabilicé de todo a mi sobrepeso y esperaba que de manera mágica mis problemas desaparecerían estando delgada y (¡oh sorpresa!) eso no fue así.
Es gracioso como la frustración ha dominado gran parte de mi vida y cómo se me olvida de manera sistemática todo el camino recorrido. Me resulta demasiado fácil y conocido fustigarme. Soy capaz de mirarme al espejo y sentir cierto asco. Me disecciono, me busco fallos, me arrepiento de no haber adelgazado antes, observo con odio mis estrías y piel flácida… pero a veces, con mucho trabajo consigo mirarme con cierto amor.
El no quererme, el no aceptarme, el fustigarme me ha afectado en mi relación con los hombres. En demasiadas ocasiones he permitido que me hicieran daño, he dejado que me pisoteen y he regalado los jirones de autoestima. Cuando te acostumbras a destrozarte ves normal que otros lo hagan, pero necesito parar. Además cuando no te quieres desconfías de quien lo hace. «¿Cómo le voy a gustar? Eso es que confunde sentimientos, que se siente solo, que está triste, que…»
Aquí estoy ahora, intentando mejorar como persona, intentando ser feliz.
Quizás no es un artículo brillante, tal vez no sirva de nada, puede que mañana me mire con odio pero me siento orgullosa del camino recorrido y de haber conseguido terminar esta historia.
Amo(r)
Quizás el amor no lo pueda todo, ni cure las heridas.
Quizás el amor no es un remedio mágico, una pócima ni un elixir para la eterna felicidad.
Quizás el amor simplemente sea eso, amor, inexplicable y maravilloso.