¿Qué dirán de nosotros en Japón-pon?

Bueno, no es por daros envidia, pero si todo sale bien en Marzo conoceré ese país. Tengo billetes de avión comprados, hoteles (miles de reservas hasta que me decida) y entradas para el museo Ghibli.

Japón era un asunto pendiente en mi vida como pequeña Willy Fog y por fin se va a hacer realidad. Es extraño como basculo entre la inocencia y expectación infantil y el miedo y preocupación por si no lo organizo bien. Siempre me ha costado mucho simplemente disfrutar y dejarme llevar. Creo que el yoga me va bien por eso, porque me ayuda a acabar con los pensamientos inservibles.

La verdad es que trabajo para poder irme de vacaciones, supongo que es a lo que Marx se refería con lo de alienación. Es lo que queda mientras llega (o no) un trabajo que me motive más. Yo no dejo de buscar y quizás algún día suene la campana.

Feliz navidad =)

Di- ciembre

Llegamos al final del 2015 de la mano de un mes chachi, Diciembre. Me gusta este mes, aunque sea jodido y a pesar de las ausencias. Me gusta el turrón de suchard, los pequibones, los regalos y las cenas de navidad.

Este ha sido un año largo y duro (jijijiji) con accidente de tráfico incluido y demasiados allegados con cáncer, con subrogación laboral y pérdida de derechos laborales, así que he pensado que estaría bien tener muchos regalitos para compensar un poco los sufrimientos, ahí va una pequeña lista con la que podéis comprar mi amor:

– Dinero. Eriwen es una chica con viajes caros en la mente, quiero ir el año que viene a Japón, así que unos billetitos no me vendrían nada mal.

– Un cepillo de dientes eléctrico, mi novio me presta el suyo (yo tengo mi propio cabezal) pero no me gusta compartir.

– Libros. No tienen que ser profundos o trascendentales, me conformo con cualquier tipo de literatura basura que me entretenga.

– Bufandas, guantes de lana y gorritos. De éstos tengo un montón pero son siempre un acierto seguro, me hacen sentir adorable.

– Una bici. Es arriesgado, pero no sé montar en bici, por lo que si me regalan una, quizás, tenga que aprender por cojones. Tengo un trauma con lo de aprender a montar quizás sea hora de superarlo.

– Un viaje a las Vegas para ver a Britney, eso sería un súper regalazo.

– Una abdominoplastia + lipo.

– Una pulsera tipo fitbit, para intentar ser más deportista.

– Pendientes, pulseras, plata, oro blanco, bisutería…

Si se me ocurre algo más os lo cuento, pero creo que esta lista tiene bastante equilibrio entre fantasia y regalos prácticos, un saludo desde el infierno de los pies fríos.