¿Por qué?

Ayer, en el ferry de vuelta a España, había un grupo de 4 – 5 muchachas, jóvenes, guapas, con sus uñas a lo Rosalía, sus tatuaje de un corazón en la mano, que hablaban de lo divino y de lo humano, cuando empezaron a hablar de «las gordas».

No pude evitar pegar el oído, obviamente, porque estoy gorda y el tema me interesa. Comentarios del tipo: «la gorda de mi trabajo me ha dicho que está deseando que llegue el verano para enseñar la tripa, que para eso se hizo el piercing y me da asco sólo de pensarlo», «¿es que no sienten vergüenza de salir a la calle enseñando su culo lleno de celulitis?» o «yo respeto a todo el mundo pero a veces siento ganas de vomitar, cuando veo a las gordas enseñando su cuerpo por ahí sin complejos». Sentí pena, rabia y cierto desconcierto. ¿Hemos avanzado tan poquito? Entiendo que vivimos en las redes sociales y que todos queremos ser guapos, pero, ahora mismo hay muchísima diversidad respecto a cánones de belleza, hay mensajes de «body positive»…

Yo no voy a mentir, claro que quiero tener un cuerpo delgado y esbelto, claro que lo intento (no con mucho éxito, por cierto) pero no creo que la solución sea sentir asco hacia mi, no creo que avergonzarme de mi misma me vaya a ayudar en nada. ¿Juzgo a la gente? Claro, no soy un ser de luz, pero intento no hacerlo. De hecho admiro a esa gente que se ve guapa aunque a mi juicio vayan hechos un adefesio. Me encantaría subir fotos donde me veo hecha una foca o un orco de mordor, pero no tengo tanta seguridad en mi misma y después de mi escucha a la conversación de ayer, peor todavía. Porque cuando tienes un «cuerpo no normativo» a veces sientes que la gente te mira y te juzga (que a lo mejor no todo el mundo lo hace) y puedes llegar a limitar tus salidas porque no quieres que la gente te mire.

Después de 3 párrafos, lo único que quiero es que seais más persona y menos chusma.