3:48 am

Es gracioso como este blog ha acabado siendo un lugar donde vomitar sentimientos y que ahora mismo me sea tan complicado verbalizar lo que siento. No sé si es que acabo de salir de trabajar, que llevo tres días durmiendo mal, que ha diluviado o que, pero esto es una mierda. Me gustaría que ciertas personas se pudieran meter en mi corazoncito y que sintieran lo que yo. Que fueran capaces de empatizar y darse cuenta.

¿Nunca habéis tenido la sensación de que el precio que se exige para que todo vaya bien es meter todo lo que uno siente en una bolsa y enterrarlo junto a las necesidades, los anhelos y las ilusiones? ¿Hasta qué punto valen las palabras y hasta qué punto los hechos?

Ajam ajam

¿Qué os puedo contar?

Me duelen los pies, mucho, los zapatos del trabajo son como un mal novio, sólo sirven para hacer daño. La verdad es que la vuelta a mi trabajo (el que me da de comer) ha sido dura. Vuelta a los turnos partidos, a las tocadas de pelotas por parte de la dirección y cosas asi. Pero a mi no me pagan por pensar, me pagan para obedecer y más me vale hacerlo bien porque mi pluriempleo se acabó. Con una fuente de ingresos menos tendré que apretarme el cinturón. Y esa noticia es lo que ha hecho que me decidiera a ir a Madrid el fin de semana pasada. Fui el Sábado al DCODE festival con una desconocida, porque sí, porque soy asi y porque Twitter es grande.

Me alegro de haber ido, me alegro de haber conocido a esta muchacha, me encanta haber visto a gente a la que quiero y me apena no haber estado el tiempo suficiente, como siempre. Vivir lejos de la familia creo que en general produce cierta sensación de fracaso porque nunca es lo suficiente pero bueno, no vamos a vomitar sentimientos por lo menos hoy.

Os hablaré un poco, una mijita, del festival. Qué decepcionada estoy con los Supersubmarina, con ellos y con su cuenta de twitter. Sonaron mal y me defraudaron. The Kooks sonaron muy bien y eso que a priori no tenía fe y me sorprendió que conocía más canciones de las que creía. The Killers sonaron bien, el tío tiene un vozarrón y a mi juicio cantaron las canciones adecuadas para gente como yo a las que se la sopla el grupo pero conoce algunas canciones. Lo malo es que tuve que escuchar Human, que es una canción que odio con todas mis fuerzas. Sólo hay una canción que odio más que es «Viva la Vida» de los Coldplay.

Y asi ha pasado un verano más, se acerca el frío y yo voy envejeciendo, mientras que la niña a la que he cuidado durante 8 años crece y ya es una mujercita de 12. Se acerca el momento de usar jerseys y mis adoradas Dr Martens y disfruto de tener las cosas claras y de darme cuenta de la realidad.

Un saludito desde mi cama, sólo ocupada por mi gatos.

I’m just saying

Iba a escribir un post incendiario, cuando me he preguntado ¿para qué? ¿Para qué sirve decir lo que uno piensa? ¿para qué sirve desahogarse? ¿para qué sirve nada? En días como hoy el mundo me puede comer el coño y atragantarse.

Yo veo las cosas de una manera muy clara y no soy capaz de expresarlo o algo va mal porque no creo que mi postura sea tan difícil de comprender. No lo sé, sólo sé que me siento profundamente frustrada y lo peor es que siento que cuanto más digo (aunque no fuera una mala bestia) peor va la cosa.

Si es que no puede ser todo tan complicado.

Póker

En la vida hay veces que hay que asumir las pérdidas, levantarse de la mesa de juego con toda la dignidad del mundo e irse para casa. Es ese momento en el que ves claro que no vas a recuperar lo perdido y que si te quedas la cosa sólo puede ir a peor.

Probablemente muchas personas estén en un momento asi ahora mismo, maldiciéndose por haber entrado en ese casino si no sabían jugar, cagándose en Dios por lo perdido y planteándose si de verdad es la mejor opción. Es sin duda el peor momento, el de los «y si» «¿y si aguanto un poco más?, ¿y si cambia mi suerte?, ¿y si he estado perdiendo el tiempo?»

Pues señores, yo creo que me retiro de esta mesa y me voy a casa a dormir.