9 años y un día

Octubre siempre es una agonía, de manera más o menos consciente. Sufro pensando en que es el aniversario de tu ausencia y cuando llega ese día, pasa más o menos como si no sucediera. La mente humana es una mierda.

Suspiro, porque no puedo hacer otra cosa y porque en Noviembre llega tu cumpleaños y después navidad. Y te echo de menos. No lo puedo evitar, no lo quiero evitar, me haces falta.

No quiero que pienses

Toma asiento, te traigo algo de beber y si quieres algo de picoteo, relájate. Hoy no quiero que pienses, no hablaremos del paro, del conflicto palestino, de Bárcenas ni de doctrina Parot. No quiero que pienses ni quiero pensar yo, sólo quiero mimarte y consentirte, que dejemos a un lado la realidad porque se hace insoportable en ocasiones.

Criticamos a la avestruz, pero estoy segura de que enterrar la cabeza en el suelo, a veces, es lo más sano. Hoy elijo apagar la luz de la realidad, te elijo a ti y a tu sonrisa. Mañana volverá la lucha.

Internet y ligoteo II

Llamadme superficial pero hay cosas con las que no puedo y una de ellas es con las faltas de ortografía que demuestran una ignorancia y dejadez más allá de lo admisible.

No busco a Calderón de la Barca, no necesito a Góngora pero si una persona escribe «hamabre» en vez de «amable» o «hallí» directamente no le doy una oportunidad. Sé que quizás soy dura, que a lo mejor es una excelente persona, que tal vez estoy perdiendo al amor de mi vida pero es que no puedo.

Internet ha hecho mucho mal.

Soon

Pronto hará un año (por diciembre) que alguien me prometió una cosa, que no ha cumplido y todavía tiene los santos cojones de llenarse la boca con frases del tipo «yo siempre saldo mis deudas». Pues no, no saldas tus deudas, además de no cumplir, mientes.