Postilla

Hubo una vez una adolescente que siempre que se caía siempre se lastimaba la rodilla derecha. Sangraba y cuando la costra parecía mejorar, volvía a caerse y la herida volvía a abrirse. Como siempre tenía la rodilla derecha malherida pronto empezó a correr el rumor de que estaba maldita, así empezó a juntarse con gente un poco rara. Poco a poco los que creían en maldiciones, en satán, en posesiones demoniacas, en aquelarres, en rituales mágicos se convirtieron en su refugio.

Nuestra pequeña adolescente lloraba, pataleaba y cada vez estaba más convencida de que el mal la acechaba. Se sometió a exorcismos, se puso a merced de curanderas, le hicieron «limpias» y una vez en un ritual le hicieron tanto daño que estuvo en el hospital un mes… un mes en que no se cayó y por primera vez en años su rodilla no tuvo una costra.

Cuando volvió al instituto ya no era «la maldita» ya no atraía a los seguidores de lo oscuro. Tras el primer momento de desconcierto pasó un tiempo de tranquilidad y tras eso la gente que había a su alrededor, su círculo, estaba compuesto por personas maravillosamente normales, no perfectas.

Hoy en día nuestra jovencita es una chiquilla con cicatrices en la rodilla pero sin heridas abiertas que aprendió a levantarse tras cada caída.

Gafe

No levanto cabeza ='( En el último mes he pasado por, cuatro calenturas en la boca, a la vez, una contractura y ahora un resfriado que tela marinera. Estoy cansada, tengo dolor de cabeza, madrugo y me muero. El otoño me está sentando de pena.

Necesito unas vacaciones, que por cierto ya he tenido que elegir las de 2014… os mantendré informados de qué destinos quiero visitar, pero por ahora tengo en mente Nueva Orleans y Fiji (no me doy por vencida)

Sólo pasaba para demostrar que sigo viva, vuelvo a la cama.