Mi nueva aspiradora

Pues sí, tengo aspiradora, nunca había tenido ninguna, yo era de las de la vieja guardia, de estas que barrían.

Eso, por suerte, ha pasado a la historia y para mi regocijo mi aspiradora es muy bonita, es más, se parece al robot de cortocircuito, mejor dicho la parte que chupa, tiene la misma cara que el muñeco en cuestión y me hace mucha gracia.

El tema de la aspiradora conecta con el tema de mi desorden, mi madre siempre dijo que yo era una adana, y es verdad.

Soy un desastre y la mayor parte del tiempo me da igual (siempre que nadie lo vea) Sé que debo cambiar y guardar la ropa bien doblada, no meter todo lo que cae en mis manos en los bolsillos, debo echar a lavar los calcetines con su respectiva pareja y debo, en definitiva ser más cuidadosa. Pero no puedo, al menos no ahora, como no puedo dejar de morderme las uñas.

Supongo, que es culpa de la educación que he recibido. Mi padre era el típico de «vamos a limpiar» que significaba tú limpias y yo superviso. No sé, siempre he sido de impulsos, cuando debería ser constante.

Supongo que ahora que he entrado en nuevas etapas de mi vida y que he cambiado en tantas cosas, debería intentar cambiar, de una vez por todas esta

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