Yo me aferro a las cosas, a los objetos. Lo hago, a las cosas más tontas, a la ropa.
Es irracional, sobretodo porque no tengo una casa inmensa donde guardarlo todo, por eso lloré cuando un amigo mío rompió uno de los últimos regalos que mi madre me hizo.
Cada cosa guarda en su interior una esencia, algo que emana de su interior y que te transporta, a momentos dulces, o agrios, sola o acompañada, pero es un viaje hacia la persona que era.
Yo he cambiado mucho en dos años, demasiado y ver esas cosas que me recuerdan cómo era y cómo no volveré a ser es… masoquista, pero lo echo de menos. Echo de menos no tener tantas preocupaciones, el no tener tantas responsabilidades, obligaciones, el reírme, estar con mis amigos y amigas.
He perdido mi rumbo y aun busco cómo encontrarlo. Sé que no tiene sentido mirar hacia atrá cuando hay que caminar hacia delante, pero aún no soy capaz de evitarlo
canichu dice:
guardar cosas concretas por motivos personales e intransferibles lo hace mucha gente. No viene mal… pero sólo son cosas materiales. Lo importante va dentro de uno mismo. No viene mal guardar algo… pero si ese algo se rompe o se pierde con ello no é pierde tu vida y tus recuerdos y tus sentimientos al respecto. Buscar un rumbo es dificil, pero disfruta el viaje… yo hace tiempo que decidí no buscar el rumbo, voy como el holandés errante, sin destino.
luz blanca dice:
Holitas Eriwen
Gracias por tu comentario. Me ha gustado la definición que has dado.
Yo también he sido siempre de guardarlo todo. Desde un billete de tren que me llevo a un lugar maravilloso, pasando por la primera carta de amor que me escribieron hace 20 años y terminando en un cachito de camisa de mi primer novio. A mi no me hace daño tenerlo. Está guardado y lo único que me agobia es tener la casa llena de tantas cosas. Muxu.
elchicogris dice:
El problema no es mirar hacia atras. Es normal. Y casi necesario para decidir el siguiente paso. El problema es vivir aferrado a ese pasado. Yo echo de menos cuando tenía veinte años. Todo incertidumbre. Y la verdad es que las cosas me iban de puto culo. Pero tenía su encanto. Otros veces quiero que el tiempo pase rápido porque quiero saber que me va a pasar definitivamente en Julio o Septiembre. Es como cuando te estás leyendo un libro y terminas mirando "por descuido" la página del final. Y los rumbos… en mi vida he cambiado bastantes veces de rumbo (si es que alguna vez tuve uno) y no me ha ido tan aml. Ánimo.
Pedro dice:
Yo me aferro tanto a las cosas materiales que incluso les pongo nombre. Por ejemplo, mi chaqueta de cuero, que los dioses tengan en su gloria, se llamaba -bueno, se llama, por que en el fondo del armario sigue- Washintong. La verdad es que el pasado se nos agarra y no hay forma de soltarse. Yo llevo siete meses intentando desprendrme de ciertos recuerdos, aunque me llevara un pedazo de piel con ellos, pero no hay manera. Son como un cáncer que me devoran por dentro. Justo en este momento me están martilleando el ánimo. La verdad es que a mi me cuesta horrores olvidar y eso es un problema.
eka dice:
Pues yo tambien guardo muchas cosas, incluso tengo metidos en un cajon los huevos kinder y sus sorpresas. Que no me valen para nada, y de vez en cuando mi madre me lo tira a la basura, pero los guardo. Me traen recuerdos de la infancia.
Aunque vayas hacia delante, nunca viene mal mirar hacia atras, porque seguro que atras hay cosas importantes que no los estas olvidando, sino que evolucionas.
Hay que vivir el presente, pero el pasado nos ayuda a no cometer los mismos errores y a vanagloriarnos de los triunfos anteriores.
Eriwen dice:
La cuestión es que no creo que sea muy sano que haga eso, que tenga una cazadora de cuando tenía 12 años, que guarde tantas cosas… yo soy el mejor recuerdo que tengo, sigo viva, el aferrarme a las cosas del pasado (por la manera que tengo de hacerlo) implica no aceptar que las cosas se han ido, no aceptarme como soy ahora. Las cosas son sólo objetos, lo que yo veo en esos objetos está porque yo se lo he puesto.