olvido

Pensar algo, querer escribirlo y que se me olvide. Que puto desastre.

Ahora lo recuerdo. Muestro demasiado para que la gente no pueda acceder a mis secretos.

Es extraño, las personas nos sentimos especiales cuando en realidad somos corrientes. Todo el drama.

Rodar y rodar

Esta mañana, revisando mi correo me encuentro un email con un aviso de un comentario y me acuerdo de esta bitácora abandonada mía. En realidad me acuerdo mucho, pero me cuesta escribir, será que la adultez me robó el tiempo y tiktok la creatividad.

Estoy en un momento introspectivo, porque como recordaremos de capítulos anteriores de la pandemia yo me notaba regular a niveles diversos. No he descubierto nada nuevo pero no deja de desesperarme darme cuenta de lo difícil que es lidiar conmigo misma. Soy una persona que odia cometer errores en el trabajo, creo que no sabéis como me mortifico con ello y además soy muy controladora con temás un poco aleatorios, además de toda la morralla a nivel de autoestima y mi cada vez más escasa paciencia después de tantos años trabajando de cara al público.

A pesar de los pesares intento aprender y hacer las cosas de otra manera. Intento no castigarme, intento no decirme cosas feas e intento ser feliz. Como todavía no he aprendido a mirarme con cariño me veo a traves de los ojos de gente que me quiere, y asi, pasa la vida.

¿Y tú? ¿Qué ves?

Puta Pandemia, tete

Es extraño como ha cambiado todo.

Estos dos años han sido duros, durísimos, increíblemente largos donde cada vez que parece que llegamos a una meta, nos la mueven.

Este 2021 me ha traído un trabajo nuevo, vivo con mi pareja y nuevos problemas. Llevo tiempo dándome cuenta de que algo no va bien, no sé definir qué es, pero hay algo que me está quemando por dentro, devorando cosas buenas.

La musiquita suena y como siempre me ayuda a escribir, a exorcizar, a admitir cosas. Sé que la pandemia me quemó porque vi mi futuro muy negro (a nivel económico), sé que estudiar unas oposiciones fue duro y me quemó, sé que aprobar fue una gran noticia, pero que el estrés de no saber destino elevó mis niveles de ansiedad y los puso por las nubes y luego engordar y verme fea. Todos esos ingredientes se juntan con lo que tengo y dan un plato difícil de tragar.

Hay estudios que hablan del impacto de la pandemia en la salud mental de la gente, supongo que esto se va a llevar a mucha gente por delante y la desgracia es que para muchos el acceso a los profesionales de la salud es casi imposible.

Cuando yo era niña/adolescente el problema no era ir por la falta de recursos, era el estigma. El «te voy a llevar al psicólogo» era más una amenaza que un intento de ayuda.

Yo sé que sobreviviré, con o sin psicólogo, sé que soy una superviviente y sé que puedo con todo lo que se viene, así que si tú has llegado a este rincón perdido del universo y necesitas ayuda, dímelo.

Sólo sé que no sé nada

Mientras suena una voz de fondo me dispongo a escribir que mi vida va a cambiar, no tengo claro cuándo, pero a no tardar mucho (si no la cago en el reconocimiento médico o la formación)
Aprobé el examen. Yo, que pensaba que iba a suspender, que me follaron en los psicotécnicos. No sólo aprobé, sino que en principio tengo plaza. Desde que sé que lo que sé he pasado por varios estadios. La agonía, el miedo. Probablemente tenga que dejar mi piso, mi ciudad y a mi gato con mi familia. No sé cuándo dejar mi trabajo. No sé cuándo empezará la formación, no sé si será online con esto del covid,
Todo en mi vida es un gran «no sé».
Pero yo me pregunto ¿no es la vida de todo el mundo una gran incertidumbre llena de certezas falsas?

2021

He vuelto a estudiar. Son unas oposiciones, pero he vuelto a estudiar después de ni se sabe cuanto tiempo y aunque es duro, hay una parte de mi que se siente muy orgullosa de mi misma.

Cambiar de aires a nivel laboral me vendría genial, pero a la vez me aterra, llevo mucho tiempo haciendo lo mismo, sé que soy buena en mi actual trabajo, el mayor problema es la ausencia de perspectivas.

¿Será 2021 el año del cambio? ¿Seré capaz de dar el salto?

Disociar

Los supervivientes tenemos algo de inhumanos. Tienes que meter todos tus sentimientos, todo el sufrimiento, los miedos y la ansiedad y hacer una bola con ellos. Entonces metes esa bola en el bolsillo y te levantas, vas a trabajar, vives, luchas, así día a día, hasta que mueres.

Hay Que Quererse Más

El 2020 está siendo un año raro para toda la humanidad y para mi también.

Mi trabajo va regular por culpa de la pandemia, yo estoy engordando lo que no está en los escritos, me he apuntado a una oferta de empleo y me toca estudiar y he conocido a alguien.

La cuestión es que tengo la sensación de que el universo está conspirando para que mi vida cambie, a mejor. Creo que quizás sea el momento, creo que a lo mejor no va a quedar más remedio y creo que debo empezar a prepararme para dar un salto de fe.

En ocasiones me siento, respiro y me doy cuenta de dónde vienen mis demonios, les veo venir y soy capaz de tenderles trampas. La madurez en mi caso ha sido aprender a contener toda la mierda que acarreo y empezar a soltarla. La madurez para otras personas es aprender a comprometerse con alguien o con algo, quizás yo me estoy comprometiendo conmigo y con mi felicidad.

Sonrío, mientras me doy cuenta de demasiadas cosas, mientras asumo que esta epifanía pasará, como siempre.

Ojalá pudiera