Un mirror

Me alegro tanto de que no haya cámaras en mi ascensor… y no es porque practique sexo salvaje en él, nada tiene que ver con que me hurgue la nariz o me suba las medias porque se me ve el refuerzo. La cosa es que a mi me encanta entrar en el espejo y poner caras xD

Yo entro me miro y empiezo a gesticular, pongo cara de mosqueada, saco la lengua, me pongo el dedo en la puntita de la nariz para parecer una cerdita, pongo sonrisas falsas, guiño un ojo… y no sé por qué lo hago ni sé por qué sólo lo hago sola, pero es asi.

Hace poco me di cuenta que lo hacía, tanto es asi que no sé si en realidad lo he empezado a hacer recientemente o es que es ahora cuando mi perspicacia ha hecho algo bueno por mi.

¿Vosotros tenéis algún ritual cuandol os montáis en el ascensor?

0 comentarios sobre “Un mirror

  • Je je, creo que el ritual facial ante el espejo es algo genéticamente común al ser humano 🙂 Ya puede ser el espejo del ascensor, el del baño o el de una tienda de ropa, que al final nos encanta poner caras raras solo por frívola diversión ;). Aunque últimamente mi ritual ascensoril consiste en evitar que mi chico se siente demasiado en el suelo o que ponga las manos en las puertas solo para ver qué pasa :DDD

    De todas maneras, igualmente confieso que si en un ascensor se me diese la oportunidad de poner caras o tener sexo salvaje, posiblemente me decantara por lo segundo. Aunque sea solo por probar algo nuevo…
    😛

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