Resulta que tenemos un ratón en el trabajo y yo no quiero matarlo pero es un poco una guarreria. Los ratones transmiten un montón de enfermedades.
Ultimamente el clima laboral mola mucho. Nos hemos unido bastante las niñas que estamos por la tarde y estoy bastante contenta si no fuera porque estoy agobiada con unos proyectos que hay que arreglar y es una auténtica mierda estaría muy feliz.
Empiezo a pensar que cuando más a gusto esté me va a tocar irme.
Me pregunto si nuestro ratoncito será en realidad una musaraña, según las testigos oculares es muy muy pequeñlito.
Si no lo matamos podríamos llamarlo «Pérez»