Siempre confié en la amabilidad de los extraños.
Es algo que no puedo evitar, hay seres en los que automáticamente confío (la probabilidad de que eso pas si eres un gato aumenta un 200%) El problema es que cuando ya no son desconocidos termina habiendo decepciones pero hay un punto liberador y casi orgásmico en ese momento en el que te lanzas al vacío y confías.
Soundtrack dice:
Supongo que, al ser desconocidos, no esperas nada de ellos y por eso te sorprende de forma grata. Situación que se invierte cuando ya los conoces… :-/