La mañana me trae despistes. Llevo un par de dias con varios artículos en la cabeza, que no escribo porque no termino de estar preparada para hacerlo.
Sé que en algún momento os contaré qué pasó en diciembre, más que nada porque creo que puede ayudar a otras personas. Hay una parte de mi que se quedó en esos días, y no creo que fuese en su totalidad una parte buena. Después de todo lo acontecido me siento diferente, he crecido porque me he dado cuenta de cosas sobre mi misma.
Por suerte, la gente que hay a mi lado ha seguido a mi lado. Me han querido, con mis miserias, mis cosas buenas y mis cosas malas. Me han abrazado cuando estaba mal y me han reconfortado.
Lo más positivo que hay ahora mismo es que he dicho la verdad y la saben. No tengo miedo a que se descubra nada porque he sido sincera y tengo pruebas de ellos, no tengo nada que esconder, no hay dudas de si me seguirán queriendo cuando se sepa tal cosa. Saben lo que he hecho, lo bueno, lo malo y lo regular; las tonterias y lo mejor es que siguen a mi lado.
He descubierto que al final todo se sabe, TODO, pero a mi ya no me da miedo.