A ver si empiezo a ser un poco más organizada y apunto, o hago algo porque leo cosas por la red que me inspiran y luego nunca recuerdo quién era ni donde estaba su blog.
Pues eso, andaba yo sumergida y aburrida cuando vi un blog, en el que se decía que la gente que se quejaba de que nadie les comentase, no debían hacerlo. Que un blog es algo que se hace para uso y disfrute de uno mismo; si por cosas que pasan a uno (o una) le comentan mejor.
Yo estoy de acuerdo en parte. En parte porque aunque un blog se hace como algo nuestro no deja de ser un medio de expresión, de nuestras ideas, sentimientos, arte… Una bitácora está hecha para que haya una retroalimentación, porque si fuera algo tan privado escribiríamos un diario que nadie leería salvo nosotros mismos.
Toda aquella persona que comienza a escribir un blog lo hace para asomarse a través de una ventana enorme.
A mi me encanta que me comenten, aunque sea para criticar lo que he escrito, porque me hace pensar, cada punto de vista puede ser enriquecedor.
A veces me siento un poco egocéntrica escribiendo este blog, y pretenciosa (¿algo de lo que pienso es lo suficientemente interesante como para mostrarlo al mundo?)
La verdad es que no sé donde me llevará esta experiencia, pero la verdad, es que por triste que parezca escribir este blog a veces me ayuda. No sé si mis ideas sobre educación serán ridículas, si mi afición por Charlie Simpson tiene sentido, pero ahora mismo me hace feliz todo esto.
A todas aquellas personas que se toman la molestia de leerme muchas gracias, (aunque no me comenten )