Gracias por dejarme escapar, por tu cobardía. Sabes que podría haber sido especial, que podría haberte llegado al corazón. Hubiera sido capaz de hacer reír a tu alma, de curar tus heridas.
Miles de gracias por las coces, por la mala vida, por demostrarme lo poco que te importé, gracias por enseñarme las miserias de la vida. Necesitaba ver la inmundicia de tu alma, necesitaba caer.
Tengo que dar gracias porque no acabé contigo y porque aprendí a valorar a quien te quiere. Porque diciéndote adiós pude decir hola al equilibrio, a la felicidad.
Hasta nunca, cierra la puerta al salir.