Trabajo.
Estábamos acostumbrados a que tener trabajo te permitía cubrir las necesidades básicas, pero eso ya no es así, al menos en España. Ahora mismo tener trabajo puede implicar no poder subsistir, y eso, es una mierda.
Yo soy una afortunada, tengo un contrato de menos de 40 horas que me permite sobrevivir. Pago mi alquiler, mis gastos, mi comida y la de mi gato. Tengo horarios de mierda y trabajo como una bestia, hasta ahora lo había sobrellevado bien, pero de un tiempo a esta parte, estoy peor. La degradación de mis condiciones laborales es paulatina y parece que imparable. No es sólo que trabajando 400 horas más que antes cobre lo mismo a final de año. No es sólo que el personal fijo va menguando y que nos pasemos la vida formando a eventuales que se van (bien porque la empresa no quiere hacerles fijo o bien porque encuentran algo menos malo). Es que cada vez la presión y el estrés al que estamos sometidos está haciendo que caigamos como chinches. Bajas por doquier, bien sea porque la gente revienta físicamente (en otro departamento desprograman días de descanso, ponen turnos partidos, jornadas de 9 horas, 7 días de trabajo y sólo dos de descanso), o porque la gente explota a nivel emocional. Una compañera se tiró una jornada laboral completa llorando y al día siguiente se dio de baja. ¿Trabajar implica perder la salud?
Yo he salido llorando del curro más de un día, pero soy consciente de que tengo que llevarlo de otra manera y seguir buscando trabajo. ¿El problema? Los trabajos que me han salido están peor pagados (incluso siendo en Madrid)
Sento que nos están timando y nos estamos dejando. Somos auténticos gilipollas y nos da igual. Nos están dando por culo y ponemos la cama y el lubricante. Las generaciones posteriores nos preguntarán que por qué no hicimos nada y no tendremos una respuesta.