Rodríguez

Trabajar a turnos implica que cuando la gente sale a divertirse tú trabajas y eso es lo que voy a hacer yo, trabajar. Aprovecho el momento para volver junto a mis amados gatos y mi wifi para ver mis series japonesas. Ahora mismo estoy viendo una de una treintañera japonesa, profesora de inglés en Tokyo de la que se enamora el heredero de un templo. Así es niños y niñas, soy una frikaza y desde que estuve en Japón he sentido cierto renacer.

La soledad es una compañía necesaria en ciertos momentos para poner en orden las ideas y también para pillar perspectiva. En otros momentos la soledad es simplemente una jodienda, la gotita que colma un vaso que está rebosando. Al final todo depende del momento y el lugar en el que te encuentras. Uno de mis grandes problemas (quitando el que soy una puta dramática) es que nunca sé dónde estoy ni hacia donde voy.

¿Seré yo? Me encantaría hacer una especie de club de desgraciados a ver si escuchando las penas ajenas yo me animo un poco, pero a lo mejor es mezquino querer escuchar las penas ajenas, o quizás es una manera de no enfrentarme a las mías. Tal vez debería empezar a ocuparme más de mi vida y menos de la de los demás.

Odio el Windows 10

Llevo mal los cambios, todos los cambios y que mi súper portátil nuevo haya decidido pasarse a esta caca de sistema operativo me llena de ira y decepción, entre otras cosas porque el itunes no me va, y yo sin itunes no soy nadie.

Voy a ser supervisora, me lo ofrecieron y dije que sí y me estoy haciendo popó, ya sabéis que la confianza en mi misma y yo no nos llevamos bien. Dije que sí porque esperaba que no me pusieran mucho, porque me siento muy halagada y porque es una manera de aprender.

En otro orden de cosas me he comprado un vestido en el que no quepo aún para una boda que tengo en julio. No sé si tengo mucha fe o soy muy gilipollas, por suerte para mi tengo 60 días para devolver el puñetero vestido así que si en un mes no entro en él lo devuelvo y busco otro.

Sé que parece que nada tiene conexión, pero la tiene, soy el hilo conductor, mi vida es un desastre y es caos y en el fondo la de todo el mundo de alguna manera u otra. Supongo que el truco es usar la corriente a tu favor, dejarse llevar por las olas y guardar fuerzas para la tormenta.

PD: me encantaría bailar como una negra.

Caca del Whatsapp

Me he mudado y no tengo wifi. Echo de menos ese maravilloso iconito que me indicaba que podía hacer de todo, desde escuchar Spotify, hasta empezar a ver Doramas japoneses, desde buscar letras de canciones a escribir en mi blog.

De todas formas no os preocupéis, por suerte o por desgracia es probable que pronto deje mi nuevo hogar para volver al antiguo porque mi noviete a lo mejor debe desplazarse a otra comunidad autónoma

Este hecho de mi vida ha dado mucho de sí entre mi grupo de mi amigas ya que ha habido diversos comentarios, consejos y opiniones, que yo educadamente he escuchado (porque soy muy educada). Cierta chiquilla me ha dicho que me pida una excedencia y que me vaya con mi pareja, que lo deje todo por amor y que sea su apoyo (aunque yo no me fío mucho de que la excedencia fuera respetada). Hablando de eso me dijo que mi pareja y yo somos una persona. Entramos en una discusión, puesto que yo considero que yo soy yo, como individuo y que comparto con mi pareja muchas cosas. Su dolor es hasta cierto punto mío, como su alegría pero no somos uno. Hay un vínculo, pero somos dos personas.

Esta conversación degeneró en que yo tengo muchas taras y muchos lastres, cosa que es cierta pero no creo que el hecho de que no me sienta en comunión con mi pareja sea significativo. Mientras escribo esto, frunzo el ceño, pensando en lo que el futuro me deparará. llevo una semana regulera. He sentido que el universo tiene la puta manía de joderme cuando más cerca estoy de estar bien.

Si escribo poco, pensad que es que aún hay esperanza.

Jap-on

Siiiii lo sé, he estado desaparecida pero he tenido buenos motivos. El principal es el que he estado en Japón (pon pon) A falta de poder contar más por el momento puesto que estoy trabajando cual perra y me estoy mudando de piso os dejo con una foto para ir abriendo boca.

PagodaJapon

Tardes.

Cuando no creo en nada me pongo un capitulito de Chicago Fire y la fe vuelve a mi, como cuando leo a Antonio Orihuela.

Supongo que cada cual tiene su forma de evadirse, yo a veces coloreo, antes escribía y antes de la dieta comía chocolate. Todo lo que me gusta es caro, ilegal o engorda. Porque no nos engañemos, raptar bomberos americanos está feo.

En un mundo ideal la gente buena no sufriría tanto.

En un mundo ideal los errores no se pagarían tan caros.

En un mundo ideal el esfuerzo proporciona resultados.

Vivimos en un mundo imperfecto, somos seres imperfectos y por eso, si encuentras algo bueno, tócalo, abrázalo, bésalo y no lo dejes escapar.

Abuelo

Pues no sé cómo enfocar esta entrada, quiero encontrar un equilibrio, contar de mi sin contar demasiado, sin hablar de cosas que me ponen triste pero sin ocultar. El otro dia soñé con mi difunto abuelo y me tiene un poco trastocada.

Mi abuelo murió ya hace unos pocos años, en general nuestra relación fue complicada, no teníamos casi nada en común, yo no le entendía a él y el no me comprendía a mi. Tras la muerte de mi madre nos distanciamos aún más y un día de improviso se murió y aprendí la elección, las personas no son eternas.

En mi sueño estábamos en un restaurante, era una especie de celebración pero estaba tristona y mi abuelo me pedía que me sentase con él, quería animarme y cuando me sentaba a su lado me abrazaba.

Así que aquí estoy, pensando en los ausentes, sintiendo cierta pena pero a la vez ilusionada porque quizás, mi abuelo trata de decirme que me ha perdonado.

Try To Sleep With a Broken Heart

Dice Alicia Keys, que intentes dormir con el corazón roto, yo le diría que fuera a trabajar, al gimnasio y actualizase un blog con el corazón roto, a ver si podía.

No escribo nada y normalmente mis silencios no son buenos. El cáncer de esa persona a la que tanto aprecio está siendo un hijo de la gran puta y yo no puedo hacer nada, salvo dar mi apoyo moral. Puedo lidiar a ratos con la impotencia, con el sentimiento de injusticia, con la tristeza y con saber que yo, ahora, no soy la prioridad, pero cuando se junta todo eso, no soy capaz de digerirlo.

Así que aquí estoy, desahogándome como puedo, con un sueño de cojones porque he entrado a trabajar a las 4:30, mientras me tomo un descanso de planchar.

Un saludo para los que aún me leen.

Buenos días enero

Soy una mujer complicada, nunca lo he querido esconder, creo. Me muestro como soy, quizás mi sobreexposición sea una manera de esconderme (¡ah! maravillosas contradicciones). La cuestión es que de un tiempo a esta parte me siento más como un nubarrón que como un sol, más un pescado que lleve 5 días a la intemperie que una manza, más «El Diario de Noa» que Amelie y eso no me gusta. El problema es que no tengo claro cómo cambiarlo ni cómo pedir ayuda.

Así que aquí estoy, a las 8 de la mañana, escuchando a Ismael Serrano, con el pijama puesto después de haber trabajado, intentando ordenar mis ideas, tratando de no vomitar sentimientos, evitando fustigarme, porque eso me ayuda poco. Trato de usar la razón porque ya sé que lo que hago siempre no me funciona, herirme, dañarme, castigarme, compararme sólo me hace sentirme peor, no estimulo mi espíritu de superación sino mi sensación de fracaso.

Cierro un momento los ojos, dejo que el calorcito del saquito que he calentado en el microondas me recorra y siento un placer puro, real, tangible. Se está tan bien en la cama, con el nórdico, aunque sea escribiendo cosas tristes. Quiero aferrarme a esa sensación, la dulce modorra, la calidez, la comodidad, necesito hacerlo porque tengo mucho trabajo que hacer. Trabajar conmigo misma, con mi autoestima, con mi forma de procesar lo que me sucede, con lo que quiero y con los que quiero.

Siento una pequeña punzada en el estómago recordando el día de ayer y el calor abandona mi cuerpo, juego con mis uñas a medio despintar y quiero huir de esa sensación. Releo lo escrito y me planteo si esto es un comienzo de algo bueno. Recompongo mis cachitos y esbozo una media sonrisa, quizás sea capaz de lograrlo.