Ponme una canción country

Suena la misma canción por octava vez y va a caer una novena.

Algo tiene la voz del muchacho con sombrero de cowboy que me hace sentir bien y mal al mismo tiempo. ¿Cómo he llegado a este género musical con lo alejado que está de mis gustos? Será que por mucho que envejezcamos seguimos manteniendo intacta la capacidad de sorprendernos ¿será?

Mientras tomo un sorbito de vino barato siento unas cosquillitas en el estómago que no termino de identificar, no sé si es que estoy cachonda o nostálgica, quizás las dos cosas.

La canción se acaba y antes de que salte la siguiente pista le doy para que comience de nuevo, relleno mi copa y cierro los ojos. Echo de menos ser guapa, la juventud no tanto, pero ser capaz de mirarme sin disgusto es algo que de verdad añoro. ¿Qué ha pasado? ¿qué ME ha pasado?

Otro sorbito, pequeñito, intenso como las preguntas que me acosan, como los recuerdos que me invaden, como la culpa que me detiene.

La canción está a punto de terminar y me debato ¿debería escucharla otra vez?. Dejo que acabe y pasa a la siguiente pista, me gusta menos, pero nunca me he quedado atascada y no me va a pasar ahora, ni siquiera con esta canción.

Nunca supe decir adiós

Sé que vengo a este rinconcito de internet cada mil años pero es mío.

Con la sabiduría que me dan los años y los dramas me he ganado que me llamen señora, y algunas canas también. La verdad es que me gustaría ser de otra manera, pero me estreso mucho, demasiado, y éso que sé que el trabajo es trabajo y que sólo soy un número.

El verano de 2023 ha sido un infierno. Siempre que pienso que he alcanzado mi límite la realidad me demuestra que puedo caminar un poco más por el desierto. Desde que cambié de trabajo la temporada estival ha sido complicada. ¿Por qué ha sido complicado éste? Muchas incidencias técnicas y mucho curro además de una dana final que hizo que tuviera un turno que duró desde las 5:25 hasta las 02:30. Hubo un momento en que pensé que iba a petar como una palomita. De hecho la última rotación de curro apenas conseguí dormir porque las pesadillas me acechaban.

Para solventarlo intento escuchar música relajante, meditar antes de dormir, intento volver a hacer deporte (aunque estoy hecha una foca y tengo un tobillo reventado de varios esguinces) y trato de aprender a soltar. Quiero ser de esas personas que se quitan el uniforme y se olvidan de todo.

Por lo demás todo va razonablemente bien, porque supongo que soy una privilegiada, a pesar de las taras, los errores y las malas decisiones. Últimamente intento superar esa imagen que tengo de mi misma como superviviente, yo vivo, o al menos lo intento. Intento recuperar aficiones (como leer) intento disfrutar de mi gente aunque viva en otra provincia y tenga un curro absorbente e intento ser feliz con las pequeñas cosas.

olvido

Pensar algo, querer escribirlo y que se me olvide. Que puto desastre.

Ahora lo recuerdo. Muestro demasiado para que la gente no pueda acceder a mis secretos.

Es extraño, las personas nos sentimos especiales cuando en realidad somos corrientes. Todo el drama.

Rodar y rodar

Esta mañana, revisando mi correo me encuentro un email con un aviso de un comentario y me acuerdo de esta bitácora abandonada mía. En realidad me acuerdo mucho, pero me cuesta escribir, será que la adultez me robó el tiempo y tiktok la creatividad.

Estoy en un momento introspectivo, porque como recordaremos de capítulos anteriores de la pandemia yo me notaba regular a niveles diversos. No he descubierto nada nuevo pero no deja de desesperarme darme cuenta de lo difícil que es lidiar conmigo misma. Soy una persona que odia cometer errores en el trabajo, creo que no sabéis como me mortifico con ello y además soy muy controladora con temás un poco aleatorios, además de toda la morralla a nivel de autoestima y mi cada vez más escasa paciencia después de tantos años trabajando de cara al público.

A pesar de los pesares intento aprender y hacer las cosas de otra manera. Intento no castigarme, intento no decirme cosas feas e intento ser feliz. Como todavía no he aprendido a mirarme con cariño me veo a traves de los ojos de gente que me quiere, y asi, pasa la vida.

¿Y tú? ¿Qué ves?

Puta Pandemia, tete

Es extraño como ha cambiado todo.

Estos dos años han sido duros, durísimos, increíblemente largos donde cada vez que parece que llegamos a una meta, nos la mueven.

Este 2021 me ha traído un trabajo nuevo, vivo con mi pareja y nuevos problemas. Llevo tiempo dándome cuenta de que algo no va bien, no sé definir qué es, pero hay algo que me está quemando por dentro, devorando cosas buenas.

La musiquita suena y como siempre me ayuda a escribir, a exorcizar, a admitir cosas. Sé que la pandemia me quemó porque vi mi futuro muy negro (a nivel económico), sé que estudiar unas oposiciones fue duro y me quemó, sé que aprobar fue una gran noticia, pero que el estrés de no saber destino elevó mis niveles de ansiedad y los puso por las nubes y luego engordar y verme fea. Todos esos ingredientes se juntan con lo que tengo y dan un plato difícil de tragar.

Hay estudios que hablan del impacto de la pandemia en la salud mental de la gente, supongo que esto se va a llevar a mucha gente por delante y la desgracia es que para muchos el acceso a los profesionales de la salud es casi imposible.

Cuando yo era niña/adolescente el problema no era ir por la falta de recursos, era el estigma. El «te voy a llevar al psicólogo» era más una amenaza que un intento de ayuda.

Yo sé que sobreviviré, con o sin psicólogo, sé que soy una superviviente y sé que puedo con todo lo que se viene, así que si tú has llegado a este rincón perdido del universo y necesitas ayuda, dímelo.

Sólo sé que no sé nada

Mientras suena una voz de fondo me dispongo a escribir que mi vida va a cambiar, no tengo claro cuándo, pero a no tardar mucho (si no la cago en el reconocimiento médico o la formación)
Aprobé el examen. Yo, que pensaba que iba a suspender, que me follaron en los psicotécnicos. No sólo aprobé, sino que en principio tengo plaza. Desde que sé que lo que sé he pasado por varios estadios. La agonía, el miedo. Probablemente tenga que dejar mi piso, mi ciudad y a mi gato con mi familia. No sé cuándo dejar mi trabajo. No sé cuándo empezará la formación, no sé si será online con esto del covid,
Todo en mi vida es un gran «no sé».
Pero yo me pregunto ¿no es la vida de todo el mundo una gran incertidumbre llena de certezas falsas?

2021

He vuelto a estudiar. Son unas oposiciones, pero he vuelto a estudiar después de ni se sabe cuanto tiempo y aunque es duro, hay una parte de mi que se siente muy orgullosa de mi misma.

Cambiar de aires a nivel laboral me vendría genial, pero a la vez me aterra, llevo mucho tiempo haciendo lo mismo, sé que soy buena en mi actual trabajo, el mayor problema es la ausencia de perspectivas.

¿Será 2021 el año del cambio? ¿Seré capaz de dar el salto?

Disociar

Los supervivientes tenemos algo de inhumanos. Tienes que meter todos tus sentimientos, todo el sufrimiento, los miedos y la ansiedad y hacer una bola con ellos. Entonces metes esa bola en el bolsillo y te levantas, vas a trabajar, vives, luchas, así día a día, hasta que mueres.